¿Qué me regalo estas Navidades de 2011?

El tiempo es como el viento, arrastra lo liviano y deja lo que pesa… Uno año más, otra Navidad, 15 años online hablando de Whitesnake, y tristemente 18 años ya desde que nos dejó una de las mejores voces que el rock nos ha dado: Ray Gillen.

Los que siguen este Blog saben que por Navidades aprovechamos para sugerir música y ampliar así nuestra discografía personal con esas nuevas bandas, viejas glorias o ausentes que creemos merecen una mención especial en estos días singulares. Hoy dedico unas líneas a una de las grandes voces del rock…

Ray Gillen, nacido en USA en el año 1959, empezó su corta carrera musical a principios de los 80s tocando en distintas bandas tributo a Van Hallen en los suburbios de New York y New Jerssey. A mediados de los 80s unió fuerzas con el ex-bateria de Rainbow, Bobby Rondinelli, aunque pronto saltó a las filas de Black Sabbath para reemplazar a Glenn Hughes. Una pelea con el manager de la banda, John Downing, dejó a Hughes con la garganta dañada, dando paso así al joven Ray como cantante del grupo de Tony Iommi. Durante el ’86 estuvieron de gira al lado de Anthrax y W.A.S.P., y en octubre de ese mismo año entraron en estudio para grabar el disco The Eternal Idol. Como una historia que se repite una y otra vez en la mayoría de grandes bandas de rock, Ray Gillen dejó Black Sabbath a mediados del ’87 por sus malos rollos con Iommi, y este decidió regrabar de nuevo el disco con Tony Martin. El joven talento se quedaba, por el momento, sin estampar su nombre en un vinilo.

Su próxima parada fue al lado de los ex-Whitesnake John Sykes, Cozy Powell y Tony Franklin para formar la primera versión de Blue Murder, con quien grabó la demo Too late. Tristemente Sykes lo descartó, tanto a él como a Powell. Una pena porque me hubiera encantado oír la potente, clásica y melódica voz de Gillen al lado de la guitarra de Sykes!

Otra gran oportunidad se le presentó, esta vez de la mano también de otro ex-Whitesnake, Mel Galley, quien lo llamó para cantar en distintos temas de su recién álbum Dream Runner del proyecto Phenomena.

Su consagración como auténtico líder y rock star no tardó demasiado en llegar. En 1989 formó la banda Badlands al lado de Jake E. Lee (guitarra, Ozzy Osbourne),  Eric Singer (batería, Kiss) y Greg Chaisson (bajo, Steeler). En ella grabó tres buenos discos: Badlands (1989), Voodoo Highway (1991) y Dusk (1993, aunque no se publicó hasta 1998). Un grupo de hard rock blues clásico con toques melódicos que ofrecía unos enérgicos shows en vivo musicalmente impecables. He aquí uno de sus vídeoclips de su segundo trabajo:

Durante  la grabación de Voodoo Highway las tensiones llagaron a la banda de forma repentina. Por un parte Eric dejó el grupo para volver a Kiss y Lee por la suya acusó a Gillen de llegar a algún acuerdo con el sello discográfico para reconducir la banda hacia un estilo más comercial, rumoreándose así su más que posible salida del grupo. A pesar de la tirantez entre los miembros, Badlands continuó de gira ofreciendo grandes noches de rock. Antes de finalizar la gira en Inglaterra, y en mitad de la grabación del tercer álbum, Gillen dejó la banda. Era 1993 y volvió al lado de su antiguo amigo Rondinelli para dar vida a otro grupo: Sun Red Sun, con quien empezaría a grabar un nuevo disco. Tristemente, y sin poder ver sus dos últimos discos editados, Ray murió de SIDA en diciembre de ese mismo año.

A pesar de su breve (aunque intensa) carrera musical, creo que Ray Gillen merece un recuerdo especial por parte de todos los amigos del rock. Un cantante con una voz increíble, de esas que transmiten algo más que palabras, con una amplia variedad de estilos, poderosa, sensual y con la capacidad de infundir verdadero sentimiento en cada uno de los temas.

Estas Navidades van por ti Ray… Saludos y Long Live Rock an’ Roll!